La pobreza vuelve con fuerza a Venezuela


Después de una década en la que Venezuela había logrado sacar de la pobreza a cerca de 2 millones de pobres, en el último año, el largo camino que había avanzado en la lucha contra la pobreza se ha vuelto al punto de inicio, aunque a mayor velocidad y con más probabilidades de volver a los peores momentos de la economía Venezolana.

El Instituto Nacional de Estadística de Venezuela (INE) informó la semana pasada de que, en apenas un año, 416.326 nuevos hogares cayeron en la pobreza. En el segundo semestre de 2012 eran 1.483.264 hogares pobres, y en el mismo período de 2013, pasaron a ser 1.899.590. Medido en términos de personas, el número de pobres creció de 7,37 millones a 9,17. Es decir, de 23 a 29 por ciento.

Pero quizás el peor dato es el de pobreza extrema, ya que un total de 737.364 venezolanos se suman a la franja de pobreza extrema, que ya oscila los 2.791.292 en una población de un poco más de 30 millones de habitantes (sobre el 10% de la población).

La cifra de este incremento de la pobreza en apenas 1 año, contrasta con los años anteriores de la presidencia de Hugo Chávez, donde el mismo índice había descendido del 27,5% al 21,2% entre 2008 y 2012 lo que le valió las alabanzas de diferentes organismos internacionales como Unicef en los que se reconocía el avance social realizado por Hugo Chávez en la lucha de la pobreza, en un país en el que nunca los pobres habían recibido atención social.

2012

La meta de reducir la pobreza extrema a la mitad se cumplió en 2007 (de 25% a 12,5%), con otro descenso en 2009 hasta el 8,7%.

Entre 2003 y 2007, el gasto per cápita en educación de la infancia y la adolescencia creció en un
51,8%, lo que destaca el progresivo aumento de la inversión en educación.

El 95% de la población tiene acceso al agua potable y el 93% a servicios de saneamiento.

Unicef

Evolución de la pobreza desde 1997

Imagen1

Evolución de % de población de personas no pobres, pobres y pobres extremos. Datos de INE – Pobreza por línea de ingreso, 1er semestre 1997 – 2do semestre 2013. 

NOTA: Es destacable que la caída en el nivel de no pobres y en el ascenso de las dos clases de pobreza, se produce en el momento en el que Maduro asciende al poder de forma provisional durante la enfermedad de Chávez. Es evidente que solo es un dato (¿ruido?) pero que contrasta con el mantenimiento o la mejora de los datos de los años previos.

A esto hay que sumarle que la inflación en 2013 alcanzó el 56,2% (73,8% si se consideran los alimentos) y el desabastecimiento de productos alimentarios alcanza más del 25%.

De poco o nada sirve que el Gobierno anuncie una subida del salario mínimo del 30%, si luego la inflación es del 56%, Venezuela cada vez produce menos productos «gracias» a las nacionalizaciones (véase más adelante) o has perdido las cuenta de las devaluaciones del Bolívar que hacen que como cada vez más necesites comprar TODO al exterior (y en dólares porque nadie quiere los bolívares)… Venezuela se va arruinando cada vez más porque no tiene divisas.

Como recuerda Marino Alvarado, director de Provea «el salto de 6% en pobreza es alto y representa un fracaso total» y recordó que siguen aumentado el precio de los productos y la capacidad de distribución de alimentos. «Estos resultados son muy lamentables para el país, porque que aumente la pobreza es una violación de los derechos humanos», concluyó.

Aunque quizás la mejor definición de la situación es la que hace el diario El Universal en Deriva hacia la pobreza sostenible

En apenas un año, casi dos millones de personas pasaron a engrosar las estadísticas de pobreza en Venezuela. Estamos retrocediendo a los niveles de pobreza de 2004 en muy corto tiempo. Venezuela ha vivido incrementos en los indicadores de pobreza en ocasiones anteriores. En la crisis bancaria de los noventa, y en el paro petrolero de inicios del milenio, los venezolanos vivimos retrocesos importantes en nuestra calidad de vida. Sin embargo, estos retrocesos son fácilmente asociables a circunstancias económicas del momento. Fueron coyunturales. Cabe destacar que este nuevo retroceso es totalmente estructural. Ha sido previsto una y otra vez por diferentes expertos de la economía. El deterioro en calidad de vida que estamos viviendo, ocurre a pesar de que no hay condiciones coyunturales en el mundo para que Venezuela lo sufra. En otras palabras, a pesar de seguir contando con un precio de petróleo estable y sostenido, ¡tenemos casi dos millones de pobres más!

Evitamos la trampa de la deriva hacia el bajo desempeño si mantenemos el estándar de desempeño absoluto y no relativo al desempeño pasado. Pero cuando el progreso no es el objetivo de un sistema social, el único resultado solo puede ser la deriva hacia la pobreza sostenible. Los venezolanos lo estamos viviendo en carne propia.

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La maldición del petróleo: la actual Venezuela es un fracaso.

La actual Venezuela es cada vez más parecido a un estado fallido que al estado rico y próspero que en otros tiempos fue y el que debería de ser, al ser uno de los países con una de las mayores reservas de petróleo del mundo. Es posiblemente este ingente recurso, el que está llevando a Venezuela al fracaso debido a la cada vez peor gestión del Gobierno de Nicolás Maduro en lo que se conoce como la «maldición petrolera».

Según explica Provea, organización de derechos humanos,  «la devaluación de la moneda en febrero de 2013 (de 4,30 bolívares a 6,30 bolívares por dólar), la interrupción en el suministro de servicios básicos y la escasez de productos alimenticios y de uso personal, entre otros, inciden, sin duda, en el aumento de la pobreza en el país reflejadas en el informe presentado por el INE».

Para explicar este fracaso económico de Venezuela y la dependencia que tiene del petróleo, conviene indicar que 96 de cada 100 dólares que ingresa Venezuela provienen del sector petrolero, mientras que las exportaciones distintas del crudo casi han desaparecido.

Petróleo VenezuelaEvolución de las exportaciones de petróleo de Venezuela entre 1995 y el año 2010 – Datos de Atlas – Harvard

Las nacionalizaciones de diferentes empresas en prácticamente todos los sectores productivos y económicos del país con el motivo de que producían poco y por tanto incrementaban la escasez y subían los precios, la realidad es que lo que ha provocado es una escasez de productos en Venezuela, ya que las empresas ahora nacionalizadas producen cada vez menos y peor.

Un ejemplo de estas pésimas nacionalizaciones (o creación de empresas conjuntas con estados amigos) se han visto en el sector automotriz o en el sector alimentario.

Venirauto se inauguró en el 2007 y , cuatro años más tarde, de los 80 000 vehículos que debieron ensamblarse (16 000 por año, según la meta prevista), apenas han salido 12 000 unidades, es decir, 15% de lo planificado.

Hasta el 2011, los precios de los dos autos ofrecidos -Turpial y Centauro- subieron, entre 337% y 397%, con relación a los montos iniciales. La causa fue admitida públicamente en el 2009 por el ex presidente de la ensambladora, Manuel Mora, quien señaló que se establecieron precios de venta por debajo del costo de producción; no hubo ningún tipo de estudio económico ni estructura de costos. “La empresa dejó de generar utilidad”. Para citar un ejemplo: en el estado de ganancias y pérdidas del 2008 se registraron ingresos por 18 192 750 bolívares, mientras los gastos fueron de 23 147 524 bolívares. Otro inconveniente encontrado por el diputado Rodolfo Rodríguez es la falta de transferencia tecnológica iraní, por lo que en los dos modelos producidos solamente se incorpora entre el 2% y 3% de piezas nacionales. La meta para el 2010 era del 30%.

Para Chávez, “el bloqueo a Irán” es la causa de los problemas de la fábrica, que tiene retrasos en el pago en dólares a la matriz. Pero un estudio del 2011de un equipo dirigido por Richard Obuchi, profesor del Instituto de Estudios Superiores en Administración (IESA), señala que el promedio anual de producción fue de 5% de la capacidad. En mayo del 2010, en una asamblea de accionistas en Teherán, se destacó que los problemas se debían a la deuda de Venezuela con el socio iraní, exacerbada por la paridad cambiaria, la falta de logística de ensamblaje y almacenamiento y una errada política de precios.

Las pocas empresas que continúan operando en Venezuela, cada vez producen menos ante la imposibilidad de poder importar los productos necesarios, por el corralito financiero del Gobierno al no dar divisas por las devaluaciones continuas del Bolívar.

(Leer Guía para destruir el mercado automotriz en Venezuela).

No sólo la venta de coches nuevos está pasando por un momento agónico, también la producción de vehículos en territorio venezolano ve su futuro negro. En 2013 se fabricaron 71.753 vehículos en tierras venezolanas, un 31% menos que en 2012, cuando se produjeron 104.083 unidades.

A nivel mensual, en el primer mes de 2014 solamente se produjeron 296 unidades, un 84,8% menos que en enero de 2013 cuando se fabricaron 1.945 automóviles. Comparado con los 1.787 automóviles elaborados el mes anterior, diciembre de 2013, el descenso también es evidente.

La capacidad productiva de las fábricas, mucho mayor, está desaprovechada. “En el mejor de los casos nuestras empresas están produciendo a un 10% de la capacidad instalada”, señala Christian Pereira, secretario general de la Federación Unitaria de Trabajadores y Trabajadoras Automotrices, Autopartes y Conexos (Futaac).

Las causas para esta situación son varias y, como quizá hayas intuido, detrás de todas ellas está el Gobierno venezolano con algunas políticas proteccionistas que están llevando a cabo.

Para empezar, el Ejecutivo nacional impuso restricciones a la importación de vehículos en 2009. Para que una marca introduzca y comercialice en Venezuela un automóvil fabricado fuera de sus fronteras hace falta una licencia de importación, que el Ministerio de Comercio suele negar la mayoría de las veces.

En teoría, habiendo menos coches importados deberían comprarse más coches fabricados en el país, siendo éste el objetivo que persigue el Gobierno. La cuadratura del círculo llega cuando estos fabricantes no pueden producir coches por falta de suministro de piezas.

La escasez de vehículos nuevos ha provocado la situación de que algunos coches usados con escaso kilometraje tengan un precio mayor que el mismo modelo nuevo ¿El motivo? La enorme inflación existente en el país en los últimos años y que en 2013 se ha cerrado con un 56,2% anual.

Esta falta de divisas y de dificultades para comprar materias primas se puede ver con el acero, donde se tendrá que emplear el acero de los vehículos abandonados para construir casas al no poder comprar acero en los mercados internacionales porque nadie quiere vendérselo al no poder pagar en divisas en lugar de en bolívares que cada vez valen menos.

Otro ejemplo es el sector cementero que fue nacionalizado en 2008 alegando el carácter estratégico del mismo para poder seguir adelante con la construcción de viviendas en los planes sociales de Chávez. A día de hoy, el país produce a un 50% de su capacidad productiva (y por tanto se han paralizado la mayoría de obras) porque no hay divisas para comprar caliza.

No nos olvidemos de que a inicios de la década de los 90, Venezuela producía excedentes alimentarios y vendía alimentos a media América, en especial a su vecina Colombia. Hoy en día, Venezuela importa el 70% de los alimentos que consume y es Venezuela la que compra a Venezuela.

Un ejemplo de cómo estas nacionalizaciones, no han mejorado la situación la tenemos en el sector manufacturero como la situación de Cargill, cuya planta procesadora de arroz fue expropiada en marzo de 2009 pues el 70% de su producción no era del tipo de arroz paddy, tal cual establecía la ley, sino del parboiled. De hecho la planta estaba equipaba solamente para procesar este último tipo de arroz. Tras ser expropiada sigue produciendo arroz parboiled.

Otro de los ejemplos es el de la planta procesadora de cítricos Roberto Bastardo, inaugurada en 2009 tras la expropiación de la empresa Frutícola Caripe, que entre los 70′ y los 90′ procesaba 13.000 toneladas de naranja en una zafra. La nueva compañía comenzó con una producción que llegaba al 13% de lo generado en la antigua firma.

Según datos oficiales del gobierno, la escasez alimentaria se sitúa en el 29,4%.

Las estadísticas del Banco Central de Venezuela revelan que la escasez se ha agravado este año, y en marzo se ubicó en 29,4%. En comparación con el último dato reportado por el ente en enero, cuando la escasez fue de 28%, la variación es de 1,4 puntos porcentuales.

El abastecimiento de bienes en la economía, sobre todo en alimentos es crítico. El informe del Banco Central señala que 19 rubros de consumo básico registran «serios problemas de abastecimiento» este año.

La escasez en el aceite de maíz fue de 100% en marzo. Las mediciones del BCV señalan que desde noviembre de 2013 no se consigue aceite de girasol en el mercado; mientras que la presentación de mezcla (vegetal) registra una escasez de 92,1%.

La harina de trigo es el segundo rubro con más alto en los índices de escasez, 99,4% en marzo, 7,7 puntos porcentuales por encima del índice registrado en febrero de este mismo año. Incluso por encima del nivel registrado en diciembre.

Todas las variedades de leche tienen serios problemas de abastecimiento. La escasez en la leche en polvo completa fue de 90,2% en marzo; en la presentación descremada en polvo fue de 92,8%; la del tipo descremada líquida llegó a 97,6%; y la leche completa pasteurizada se situó en 98,8%.

Desde noviembre estos productos han registrado índices de escasez entre 80% y 100%, de acuerdo con las estadísticas del BCV.

El desabastecimiento en café se agudizó durante el primer trimestre del año. En marzo la escasez del producto fue de 94,2%; pero venía escalando de 76,1% en febrero; 50,8% en enero y 39,3% en diciembre de 2013.

En azúcar también la escasez se ubicó en 90% en marzo; mientras que en harina precocida de maíz fue de 89,3%, el índice más alto desde noviembre.

Otros productos que registraron problemas serios de abastecimiento en marzo fueron: arvejas 89%; margarina 74,9%; sardinas enlatadas 65,2%; caraotas negras 62,5%; lenteja 59,7%; pernil de cochino 56,7%; queso blanco pasteurizado 54,9% y mantequilla 53,3%.

Además, la actividad económica privada se ha reducido al mínimo como consecuencia del duro control de cambios impuesto por el Gobierno desde hace once años y que se ha agravado en el último año con el corralito financiero impuesto por Venezuela que salió a la luz con el caso del papel de los periódicos o ahora con las compañías aéreas que abandonan Venezuela, al no pagar el Gobierno las divisas (Américan Airlines, United Airlines, AirCanada, Alitalia, y ahora Lufthansa dejan de operar en Venezuela).

EL negocio ruinoso del petróleo.

A pesar de tener el precio del barril por encima de 90 dólares (9 veces más de lo que estaba antes de la era Chávez), Venezuela ingresa cada vez menos dinero al producir cada vez menos barriles de petróleo e ingresar por ellos cada vez menos, a pesar del aumento del precio.

2013
Antes de que llegara al poder Hugo Chávez, Venezuela producía unos 3,3 millones de barriles de petróleo diarios y el precio del barril rondaba los 10 dólares. Ahora, bombea alrededor de 2,2 millones, pero el petróleo venezolano se vende a uinos 105 dólares el barril.

De esos 2,2 millones de barriles, unos 450.000 se van a China, en un sistema de trueque de petróleo por inversiones.

En torno a 100.000, a los países del Caribe, dentro del sistema conocido como PetroCaribe, que el realidad supone regalar crudo venezolano a 18 Estados de la región (los términos son muy favorables, pero Caracas suele ser incluso más generosa de lo firmado en los acuerdos).

Unos 70.000 barriles más podrían ir a Cuba, que a su vez puede que solo consuma la mitad de esa cantidad. Así, La Habana exporta el resto a precios de mercado. Socialismo selectivo, digamos.

Alrededor de 900.000 barriles se consumen dentro de Venezuela, donde el precio del litro de gasolina está a 0,015 euros, según el tipo de cambio oficial del bolívar, y a 0,0026 euros de acuerdo al tipo de cambio del mercado negro. Mantener esos precios tan bajos (prácticamente gratis) le cuesta al Estado venezolano alrededor de 8.000 millones de dólares anuales (unos 6.000 millones de euros).

Si se suman otros acuerdos de entrega de petróleo (por ejemplo, a Argentina), a Venezuela le quedan solo 900.000 barriles para exportar al mercado internacional, donde le pagan sus 105-106 dólares por barril.

Estas condiciones preferenciales de venta de crudo resultan ser un negocio ruinoso para Venezuela y es que mientras Venezuela vende petróleo a China a cambio de créditos (cada pocos meses firman un nuevo crédito (1) y (2)) (significando una pérdida del 70-80%) aunque luego China revende el petróleo a precio de mercado y parecido pasa con los otros países, donde Venezuela pierde ingentes cantidades de dinero en lo que se conoce como «diplomacia petrolera».

«Cuando das el petróleo a 23 ó 24 años, al 1% de interés y que te paguen con pantalones, café o carne como Nicaragua o con queso como Uruguay, eso afecta al flujo de caja de la empresa», afirmó en conversación con BBC Mundo.

Un ejemplo, el acuerdo de 2007 con Ecuador, cuyo gobierno es uno de los mayores aliados de Chávez, para intercambiar crudo por combustibles, ya que Petroecuador carece de capacidad para ello.

Una investigación de la agencia Reuters reveló que hasta un tercio de los envíos de combustibles refinados a Ecuador son en realidad importados por Venezuela.

Por si no fuera suficiente, PDVSA, la empresa nacional de Petróleo y encargada de la extracción y suministro, explicaba a finales de 2013 que producir un litro de gasolina de 95 octanos cuesta alrededor de Bs. 2,7, lo cual es 28 veces el monto que se cobra al consumidor en la estación de servicio. Como resultado de este mayor coste que no se veía reflejado en el consumidor, PDVSA pierde anualmente 12.592 millones de dólares por los subsidios a los combustibles.

(En Venezuela la subida del precio del combustible es un tema espinoso y ningún gobierno se ha atrevido a tocarlo en los últimos 18 años).

El último ajuste al precio de gasolina se hizo en 1996, durante el gobierno de Rafael Caldera. En Venezuela, los ajustes al precio de combustible se han considerado posibles generadores de inestabilidad social, desde que en 1989 un aumento implementado por el gobierno de Carlos Andrés Pérez, en el marco de un paquete económico, fue interpretado como una de las causas de El Caracazo.

Durante todos los años su mandato, el fallecido presidente Hugo Chávez nunca modificó el precio de la gasolina. Y hasta febrero de 2013, Rafael Ramírez explicaba que la gasolina en Venezuela seguiría siendo “no barata, sino regalada” y que un ajuste del precio “no está planteado, no está pensado. No necesitamos tal incremento, porque no es que con esos recursos [que se podrían recaudar] que vamos a balancear algo”.

Sin embargo, desde diciembre de 2013, Rafael Ramírez considera que “por el bien del país, el precio de la gasolina es una discusión que tenemos que dar”. Y ahora, en mayo de 2014, ha reiterado que el actual precio de la gasolina “no tiene sentido”.

Como resultado de estas pérdidas que se reflejan en la cuenta de resultados de PDVSA y por tanto del Gobierno, PDVSA no ha podido afrontar las renovaciones necesarias de infraestructura, haciendo que Venezuela, país productor de petróleo por antonomasia, tenga que importar gasolina de Estados Unidos, al no ser capaz de refinarla en Venezuela

Acerca de andresrguez

Doctor por la Universidade de Vigo. Campo de especialización: comportamiento del plomo en suelos mineros, urbanos y campos de tiro, a través de técnicas espectroscópicas, toxicológicas y aplicación de nanopartículas.
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