Por qué a Bill Gates le interesa invertir en FCC

Bill Gates acaba de comprar el 6% de FCC por 115 Millones de Euros convirtiéndose en el segundo accionista. La inversión, ha sorprendido, aunque si uno busca un poco sobre intereses comunes, una compra así, sería esperable, ya que Bill Gates lleva tiempo invirtiendo en empresas de servicios y FCC tiene proyectos en valorización de residuos y cultivos de microalgas, lo ideal para sus proyectos en África.

Intereses comunes

Mucho se hablará de que FCC necesitaba soltar lastre y obtener financiación, pero la noticia, tiene un importante trasfondo y es que cómo Bill Gates está invirtiendo en empresas de este tipo para sus proyectos de la Fundación Gates y para obtener tecnología.

La inversión de Gates en FCC no es rara, si se conoce un poco de lo que están haciendo FCC y Gates en los últimos tiempos, cada uno por su lado.

Por una parte, a través de la Fundación Bill y Melinda Gates, en los últimos años, únicamente la fundación lleva gastado en investigación de enfermedades tropicales (especialmente Malaria) tanto como el resto de países juntos, para el desarrollo de nuevas vacunas, nuevas terapias, etc… invirtiendo en aquel organismo de investigación pública que tenga una idea y pueda ser factible.

Hace unos meses, lanzó una campaña para la «revolución del inodoro«, un proyecto por el que buscaba un retrete que cumpliera su función y que se pudiera obtener más servicios, ya bien fuera energía o una depuración del agua que sale.

Frank Rijsberman, director de programas sanitarios de la Fundación Bill y Melinda Gates, indicó en 2011 que desde la institución destinarián millones de dólares a subvencionar a personas innovadoras que puedan reinventar el retrete.

Esperan que la nueva generación de inodoros llegue a los países en desarrollo en unos tres años. «Los sanitarios son un tema muy importante en África», destacó el responsable de la Fundación Gates. «En algunas ciudades, la gente usa como baño una bolsa de plástico que luego tira a la calle«, añadió.

Los niños que entran en contacto con los excrementos pueden desarrollar diarreas crónicas, que matan a más infantes de menos de cinco años que el sida y la malaria juntos. Además, esto favorece la propagación de epidemias como el cólera. 

Pero la fundación Gates no sólo quiere mejorar el acceso al inodoro. También quiere reinventarlo y buscar un sistema alternativo a las cisternas, que, según Rijsberman, representan un «despilfarro de agua potable«.

Con este objetivo, anunciaron el año pasado, en la conferencia AfricaSan de Kigali en Ruanda, que ofrecerían US$ 42 millones en subvenciones para encontrar la manera de reciclar los excrementos y transformarlos en energía o fertilizante.

Además, a través de Cascade Investment LLC; que controla participaciones en más de dos docenas de empresas, invierte entre otras, en empresas de servicios dedicadas a la recogida de basuras y valorización de los residuos; véase aguas residuales, como es el caso de Republic Services; de la que tiene el 16%, que opera en 39 estados de USA además de Puerto Rico sobre 334 empresas de recogida de basuras, 191 vertederos y 74 centros de reciclaje o al igual que en Ecolab, una de las mayores empresas del mundo, dedicadas al saneamiento, seguridad alimentaria y servicios ambientales.

Por otro lado, aunque FCC ha logrado algún contrato que podemos considerar como pelotazo como fue el del metro de Riad, la realidad es que FCC lleva un tiempo en un proceso de desinversiones, que incluía un abandono casi total del ladrillo inmobiliario en España para centrarse en obra pública en el exterior, pero especialmente en la gestión de residuos, uno de sus grandes negocios en España con la recogida de basuras.

Además, el año pasado, FCC logró a través de Aqualia, la financiación de la UE, para liderar un proyecto europeo en la valorización de las aguas residuales, buscando obtener a partir de aguas residuales tanto biocombustibles, abonos, etc…

A partir de aquí, lo que hay son caminos comunes entre FCC y Bill Gates, donde a uno le interesa seguir desarrollando un negocio que no le va mal; a diferencia del ladrillo y que posiblemente es el futuro (los residuos y su valorización) y al otro lo que le interesa es obtener la tecnología para seguir llevando a cabo su revolución en África a través de la Fundación Gates.